viernes, 14 de febrero de 2014

Decir NO


Febrero 14 del 2014

DECIR NO

 

Dos letras conforman este vocablo tan pequeño, una ene y una o, sin embargo tan difícil de decirlo sin que la persona a quien lo decimos no se sienta ofendida.

Por qué es tan difícil decir no.

Y como no puedo comentar sin decir el significado del vocablo, como siempre aquí va:

1.    Respuesta a una pregunta como: ¿Tienes hambre? NO.

2.    Para indicar que una cita será otro día: ¿Es para hoy? NO, PARA EL LUNES.

3.    Para prohibir acciones, NO FUMAR, NO APARCAR, NO ALIMENTAR A LOS PÁJAROS.

 

Pero también puede usarse para provocar a otro y que se atreva a hacer algo: A QUE NO ERES CAPAZ DE ESCALAR ESE PICO.

SI NO ESTUDIAS NI SUEÑES CON SALIR HOY.

Siempre me ha molestado dar explicaciones de la razón de mis negativas, pero nuestros amigos y conocidos siempre las exigen cuando no aceptamos hacer algo, insisten con buena intención, pero así como para algunos es ofensiva la manifestación de un impedimento para quien lo expone también lo es, afectando muchas veces una buena relación.

Eso me trae a la mente una frase de una amiga mia cuando le dicen que “tiene” que ir o hacer algo, ella responde: “Sólo TENGO que morirme”.

Mi hermano usualmente usaba un fraseo gracioso para negarse a hacer algo, él decía: “ene o, NO”, me parece escucharlo y lo repetía para asegurarse de que lo escucharan claramente, y cuando decía no, efectivamente no había fuerza sobrehumana que le hiciera cambiar de opinión.

A mi me ha sucedido que a veces he dicho no, pero insisten tanto y me presionan de tal manera, que por cansancio termino diciendo que si, puede que luego esté encantada de haber cambiado de idea, pero en el fondo, muy en el fondo estoy molesta por la forma de haberlo hecho.

Parece que la fórmula ideal para decir no es diciendo que sí, un ejemplo, porque encuentro que no hay nada mejor para explicar algo que exponiéndolo hablando gráficamente.

Llegas a un almacén de cadena, estas comprando alegremente y se te acerca un promotor de tarjetas del almacén, lo digo por experiencia propia, te pregunta si ya tienes la tarjeta, te equivocas y dices no, y empieza el sujeto con la mejor sonrisa a exponerte la maravilla de que la adquieras, los descuentos, las facilidades de pago, etc. como no tienes planeado agregar una tarjeta a las que ya tienes, contestas cortésmente que no te interesa. Allí mismo empieza la persecución, por qué no la quieres si esto te da tal o cual garantía, si el mantenimiento no se paga hasta seis meses después y hasta llegan a ofrecerte un año sin pago de mantenimiento con tal de que accedas a ese fabuloso servicio. Con cansancio le repites que no te interesa y empieza la otra estrategia. Entregarte una serie de papelitos en los cuales te hablan de lo maravilloso que es tener esta tarjeta. Cuando al fin logras que el personaje te deje libre para seguir tus compras, ya te ha dañado el humor y sólo quieres irte del almacén.

También hay otro sistema de estos promotores de tarjetas, buscan en la base de datos del almacén y luego caída del cielo te mandan un correo a tu casa confirmando la aprobación de una tarjeta de crédito que no solicitaste, y entonces, algunas personas, como yo, caemos en la trampa y pum otra tarjeta de crédito. Pero así como te la conceden tan fácilmente y hasta te la llevan a tu casa, al intentar devolverla te dan veinte instrucciones para hacerlo, una vez pagas todo el saldo, debes dirigirte a la dirección que te señala la Entidad y firmar documentos en los cuales explicas la razón de tu devolución y comprometerte a pagar cualquier saldo que aparezca pendiente, cláusula absurda, puesto que si estás entregando la tarjeta y han mirado en el sistema que estás a paz y salvo, no es posible que haya nada pendiente y luego tardan veinte (20) días hábiles para darte un paz y salvo.

En cambio, cuando te ofrecen una tarjeta de estas y dices, “gracias, ya la tengo”, Oh Gloria Inmarcesible, te dejan ir sin problema, porque no te pueden pedir que demuestres la veracidad de tus palabras, así que sigues sin molestarte y sobre todo sin una tarjeta que no querías.

Es gracioso pero diciendo que si, te quitas muchos problemas de encima.

Hay otras situaciones en que decir “no”, es una verdadera contrariedad, porque si aplicas el sistema del “si” y luego no vas o no haces lo que te pidieron, te puedes ganar algunos reproches y recordatorios de tu negativa en cada reunión a la que sí asistes, entonces para estos casos y muy a pesar de lo ofensivo que pueda ser tu rechazo, hay que decir honestamente NO. Y para evitar ofender tener una lista de excusas variadas aplicables a cada caso, estudiando con antelación las posibles propuestas que te hagan.

Realmente es muy difícil decir no con honestidad, no todo el mundo lo acepta. Y podría citar muchos otros casos ajenos y personales de las consecuencias de haber dicho no, pero para ello tendría que escribir una enciclopedia con varios tomos.

 

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