marzo 4 del 2014
4 de marzo.
Esta fecha puede significar
mucho para distintas personas pero quiero hablar de lo que representa para mí. Es
la fecha en que nació mi madre y así como mi padre fue un tipo genial, mi madre
me dejó muchas enseñanzas para salir adelante en esta vida, pero sobre todo
sobresalió por ese amor sin límites por sus hijos.
Mi
madre, en mi concepto, era una mujer hermosa, coqueta y muy alegre.
La economía del hogar fue su
fuerte, al iniciar su vida de casada sorprendió a mi padre con la compra de dos
novillos los que dejó en la finca de sus suegros y después de un tiempo los
vendió para comprar su primera casa precisamente en la que nací yo. Pero como
en la historia de mi familia siempre ocurrieron situaciones hilarantes resultó
que en dicha casa se escuchaba un golpeteo en uno de sus muros, razón por la
cual se deduce que los anteriores dueños no la quisieron conservar. Mis padres no dudaron y procedieron a tumbar la pared encontrando allí
unos machetes que habían sido lapidados, retirados estos se acabó el ruido. Tampoco
vivimos mucho tiempo en esa casa ya que mi padre, hombre emprendedor siempre
andaba buscando mejores oportunidades así que seguimos a otro pueblo.
Mi madre siempre solucionó los
problemas de última hora, así cuando mi padre decía que faltaba determinada
suma de dinero, ella surgía con la solución en sus manos, siempre decía con
timidez que tenía unos ahorritos. Como buena trabajadora además de la
odontología que ejercía también dedicaba tiempo a bordar a máquina, hacer
cortinas en crochet, ojales y zig-zag, según rezaba un pequeño cartel que había
colocado en la entrada de la casa. Me enseñó el amor al trabajo que es lo único
que nos sirve para cumplir sueños materiales con la seguridad de que nadie te va
a regalar nada, sólo lo que ganes por tu propio esfuerzo.
El sentido del humor de mi
madre era algo especial, nunca entendió los chistes y siempre había que explicárselos
y ya se pueden imaginar lo que sucede cuando un chiste es interpretado, queda
destrozado. Con las caricaturas le ocurría otro tanto, nunca las entendió. Sin embargo
cuando alguien tropezaba y caía no podía controlar la risa y llegaba hasta las lágrimas.
Con mi hermano era otra historia, muchísimas veces durante el almuerzo se
miraban y sin ton ni son soltaban la carcajada y los vasos de jugo o leche
rodaban por el mantel.
Pero la escena que jamás se
borró de sus recuerdos y que siempre la hacía reír sin parar, fue lo ocurrido
durante una ceremonia religiosa en Popayán, con la presencia de Arzobispos, Obispos,
Sacerdotes, Monjas y parte del clero caucano, cuando ella y mi hermano al
unísono dirigieron sus ojos hacia el mismo lugar, luego se buscaron sus
miradas y sin poder contenerse soltaron la carcajada convirtiéndose en el
centro de atracción durante el ceremonial, sin poder siquiera explicar lo
ocurrido. Pero no los voy a dejar con la incógnita de lo ocurrido. Ambos observaron a una elegante dama que resultó idéntica
a esta.
(Aclaro que esta es una bolsa pañalera de tiempos de
mi madre)
También hubo otra situación
que siempre nos causó gracia pero cuyo humor fue más discreto. Mi madre sufrió
toda su vida problemas estomacales y algunas veces cierto tipo de alimentación
le causaba unos cólicos insoportables, el médico según nos comentaba ella, un
tanto incrédulo de sus males le sugirió tomar pequeños trozos de aguacate, fruta o verdura
que siempre le afectó, la comiera poco a
poco a pedacitos, y en ese momento de la historia, mi padre desde el fondo del
salón dijo: y le empezaron los coliquitos...
Podría seguir narrando
situaciones simpáticas ocurridas con mi madre, pero nunca acabaría, ya que
hasta el momento en que le dije adiós hubo pequeñas circunstancias que nos
provocaron más de una sonrisa.
Feliz cumpleaños Ros.
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