martes, 7 de julio de 2015

Los juguetes y la nueva tecnología



Julio 7 del 2015

Los juguetes y la nueva tecnología

Dicen que los juguetes están abandonando los hogares y están siendo reemplazados por la tecnología, los videojuegos, el internet…

Creo que todo depende de la persona y no digo de los niños, porque muchos todavía no solo somos un poco niños, sino bastante niños y me incluyo.

Nunca se podrá reemplazar acunar una muñeca con una de carácter virtual, el carrito que se embarra, patina, el cual podemos mover con la mano, arrastrarlo con una cuerda y hacer run run run con el que aparece en la pantalla y cuyas formas no podemos sentir. El correr tras el balón, saltar la cuerda, etc.

Y les habla alguien que pasa más tiempo frente a la pantalla del computador que en el campo admirando la naturaleza. Ni qué decir del juego Eurotrack en el cual puedo conducir un camión de grandes dimensiones y trasladar cargas por las hermosas carreteras de Europa, usar el ferry, entrar a las gasolineras, descansar en parqueaderos, en fin, ni para qué seguir.

De pequeña tuve 16 muñecas y cada día quería otra más, también amaba los carritos y todavía al día de hoy cuando llego a los grandes almacenes me interno en la juguetería para ver las novedades, las cosas tan extraordinarias que surgen de las mentes humanas para diversión, supuestamente, de los niños. Allí he encontrado jóvenes no tan jóvenes y adultos mayores bastante crecidos diciendo que tal o cual juguete le gustaría para sus sobrinos, hijos, nietos, bisnietos etc. mientras veo en sus ojos y actitud que lo disfrutarían más ellos mismos.

Quienes nacimos antes de tanta tecnología podemos recordar los carritos de cuerda, tenían una llavecita que al girarla y completar el resorte que traía dentro, hacía que el juguete hiciera determinados movimientos, había también una gallinita a la cual se le colocaban unas bolitas en su interior y luego al presionarla hacia abajo sobre sus patitas los huevitos salían, eso era toda una novedad, muñecas que tomadas de la mano podía uno mismo hacerla caminar, un poco tiesa eso sí. 

Después surgieron los juguetes que funcionaban con pilas, control remoto, etc. En Puerto Tejada hubo tremendo revuelo porque uno de los vecinos le trajo a su hijo un avión desde los Estados Unidos, todos rodeamos el aparato y vimos que encendía sus luces abría la puerta para dar paso a los pasajeros, cerraba nuevamente y ya con sus motores encendidos hacía un recorrido por la pista de aterrizaje y se detenía para realizar la misma maniobra. Y su padre frente a él orgulloso cuidando de que no lo fuera a estropear.

Pero es que todo tiene su momento, en la actualidad no hay un niño que no sepa manejar una Tablet, un celular o un helicóptero con cámara fotográfica incluida.

En una entrevista televisiva escuché a una madre comentar que cuando tuvo su segunda hija, le ocurrió que sin más ni más la bebé empezó a llorar y no había forma de consolarla, después de revisarla y mirar que físicamente no requería su atención, no presentaba fiebre, estaba recién alimentada y gozaba de un pañal limpio, optó por llamar al servicio médico para consultar este llanto imprevisto y mientras hablaba por teléfono vio a su hija mayor de dos años que volteaba a la pequeña mientras le quitaba el pañal, le alzaba las piernitas. Al interrogar a la pequeña por la razón por la cual hacía esto, le contestó que le iba a sacar las pilas…
Hay videos donde muestran pequeños gatos tratando de cazar ratones en la pantalla de una Tablet. Es que hasta las mascotas se ven afectadas con este modernismo, ya existen perritos robot, incluso hay una versión de animalitos echados en una camita y su cuerpo hace los movimientos de respiración. ¡Impresionante!

Pero con todo esto creo difícil acabar totalmente con el juguete físico, desde nuestro nacimiento buscamos “ver” lo que nos rodea, a esa edad no estamos capacitados para usar la tecnología así que los sonajeros no desaparecen.

En la película Wall-e, se desarrolla ese futuro que muchos creen llegaremos a vivir, el humano convertido en un obeso discapacitado, mientras dos inteligentes robots los llevan a recuperar la tierra.

¡Es tremendo! Más de una vez mientras miro la televisión tomo el control remoto y trato de marcar una llamada local… otras, no tantas, hago a la inversa, tomo el teléfono y trato de cambiar el canal de la televisión. Y la más absurda de todas con la alarma del carro trato de abrir la puerta del garaje presionando un botón, aclaro que no hay tal tecnología en la puerta.

Eso me recuerda algo que siempre me pareció divertido. Al lado de mi casa vivía un médico amigo muy querido, quien instaló una de esas puertas con control remoto. Feliz de la vida salía cada mañana conduciendo su vehículo sin preocuparse de bajar del mismo para cerrar las puertas. Hasta que observó que a su regreso el garaje estaba abierto de par en par. El misterio se despejó cuando una mañana se quedó en casa y escuchó que un vecino salía de otro garaje y para despedirse de su esposa pitaba dos veces y de inmediato la puerta de su garaje se abría… 

Seguiré esperando que nos trae el mañana sin dejar de disfrutar los pequeños juguetes que podemos sentir con nuestras manos.



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