viernes, 27 de marzo de 2015

Cultura ciudadana


Marzo 27 del 2015

Cultura ciudadana

 

Hace algún tiempo les mencionaba la situación que se me planteó en razón de un daño en el servicio de acueducto el que titulé "La historia sin fin" y en este momento una nueva actividad se ha desarrollado en los andenes de este barrio. Fui informada que se trata de una tubería nueva, de mayor tamaño para el servicio de gas y que dicha Entidad hacía subcontratado una empresa para la realización de la obra.

Los trabajos empezaron hace algunas semanas y me di cuenta por el traquetear de las máquinas que empezaron a taladrar los andenes. Ese trabajo implicó dejar el cascajo en la entrada de las viviendas, afectando el ingreso de vehículos a sus respectivos garajes. Curiosamente eligieron mi frente para arrojar todo el cemento partido de la larga cuadra que significa la carrera 42 hasta la calle 3ª. En mi caso nos ocurrió un impase, al llegar una visitante a mi casa y a pesar de la ayuda para colocar las rocas de forma aplanada una punta destrozó la llanta delantera de su vehículo. Por suerte frente a la casa hay una vulcanizadora y de inmediato se procedió a reparar el daño.

Siendo conocedora de la forma irresponsable como funcionan los funcionarios de este tipo de servicios me resigné al hecho de que causarían daños y nadie respondería por ellos, sin embargo salí a conversar con el encargado de la obra, un ingeniero bastante amable y serio, quien al comentarle lo ocurrido el día anterior, me sorprendió con la reacción, tanto, que creí que era una broma, el señor amablemente me dijo que le presentara la factura y con mucho gusto me reconocería el valor del gasto en el que había incurrido. Con desconfianza reclamé en la vulcanizadora el recibo respectivo y esperé con paciencia y con cierta duda al señor encargado.

Y vaya, gratamente el caballero regresó y efectivamente hizo el reembolso respectivo. Después tuve que reclamar en razón a que todo el cascajo de la cuadra me fue arrojado en forma indiscriminada sobre el antejardín de la casa y obtuve buena respuesta.

Hasta aquí todo bien.

Hemos tenido un receso pero ahora empieza la segunda parte de la obra, pavimentar los daños que hicieron.

Ya empezaron y hoy me encontré de nuevo con el cascajo levantado frente a la entrada del garaje de mi casa, sus puntas exhibidas de tal forma que no es posible ingresar o salir de casa mediante un medio rodante, quiero ser optimista y esperar a ver lo que sigue.

Evidentemente estos señores pavimentaron los andenes, no sé cómo funciona el sistema de ellos, pero curiosamente depende de los ocupantes, ya que sitios en los que no habían causado daño alguno lo repararon, no así mi frente, ya que me repararon la mitad de la entrada bajo el argumento que una empresa pública ya me había destruido parte de este. Dejaron un escalón a la entrada que nuevamente afectaba la salida o entrada de vehículos a mi casa.

Tuve que buscar al amable Ingeniero quien con su acostumbrada diligencia me manifestó que ellos no repararían un bloque que fue dañado por la empresa pública, pero que entendía lo que ocurría así que ordenaría hacer una pequeña rampa para aliviar mi problema. Y efectivamente cumplió. Estoy impactada, ya que no estoy acostumbrada a que un reclamo sea atendido.

Esta es la primera parte de esta historia, una empresa que trabaja bien, con quienes se puede hablar, con una persona responsable al frente y aunque tengo un pedazo de andén en tierra y piedras, aplaudo el trabajo de este grupo, quienes no se paran a mirar el trabajo de otros sino que todos a uno se ayudan, los estuve observando y nunca vi un obrero sentado o manifestando que eso no le correspondía.

Pude comparar su sistema de trabajo con el de la entidad pública que destrozó el andén de mi casa. No sólo son altaneros y groseros sino que no mueven un dedo por ayudarse, siempre tienen la respuesta en la boca para manifestar que ese trabajo no les corresponde.  

En cambio cuando estos, me refiero a los obreros de la empresa de gas, llegan, reciben instrucciones por parte de una mujer que además de darles un mini curso de buen trato, los prepara haciendo ejercicios de calentamiento físico. Posteriormente llega el Ingeniero quien los distribuye y ordena lo que deben realizar dejando un coordinador a cargo. El caso es que la mayoría del tiempo este personal está de buen humor y no paran de trabajar.

Ahora la segunda parte es la actitud de la ciudadanía cuando ven un trozo de cemento recién puesto. En este caso en el pequeño trozo que en calidad de rampa fue agregado al borde del andén de esta vivienda. Lo primero que vi, fue las huellas de zapatos de personas quienes sin pudor alguno no dudan en caminar por la reparación y reír una vez ven estampado el relieve de sus tenis. Otros rápidamente se inclinan para colocar su nombre o iniciales con fecha sobre el piso fresco. No falta el que sin razón alguna la emprende a patadas contra el piso.

Me he preguntado una y otra vez el por qué de este comportamiento y no encuentro lógica. Y no es que piense que el desquite de estas personas contra el pequeño trozo de rampa de cemento frente a mi casa sea alguna represalia en mi contra, ya que quienes recorren esta calle apenas si me conocen y regularmente me saludo con la mayoría de ellas, siempre hay un buenos días o algún comentario sobre el estado del tiempo o de algún evento que ocurre en el cruce de la calle el que constituye un gran riesgo para muchos.

Todos los vecinos han tenido que cuidar el frente de su casa para evitar que los transeúntes con o sin intención dañen la reparación que se ha hecho.

Las paredes, los frentes, son algo atractivo para muchas personas. Hace algún tiempo sorprendí a una pequeña, niña que apenas si llegaba a la parte media de la entrada de la casa y con una tiza estaba escribiendo y haciendo garabatos en ella. Traté de explicarle que esto no se hace pero salió corriendo. Mi conclusión en ese momento no fue otra que pensar lo evidente del conocimiento de la chiquilla, su reacción temerosa fue solo consecuencia del saber que estaba obrando mal.

Cuando se llevan a cabo manifestaciones por cualquier tipo de desacuerdo, todos los muros del recorrido reciben su dosis de reclamos, dibujos y hasta insultos innecesarios.

Pero así como hay grafitis verdaderamente desagradables que dañan y afean la ciudad, hay dibujos hermosos, como los que hacía tiempo atrás, creo que era una chica, sobre las tapas metálicas de los medidores de agua. La cualidad de estos fue el hecho que al caer la lluvia desaparecían.

Pero nuestra cultura o mejor incultura no permite llegar más allá de ensuciar las paredes y dañar las mejoras de la ciudad.

Me gustaría tener la clave para enseñar a la ciudadanía desde su tierna infancia el respeto hacia lo bueno, el gusto de tener una ciudad que se destaque no solamente por bailar salsa sino por su belleza y limpieza. Pero de todas formas destaco que hay cosas positivas como el grupo que subcontrató la empresa de gas.

martes, 17 de marzo de 2015

SER O NO SER FEO



Marzo 17 del 2015

SER O NO SER FEO

El video de una pequeña niña a quien un compañerito llamó “fea” ha despertado el interés de mucha gente, he recibido mensajes tratando el tema e incluso me han referenciado comentarios de personas que sienten que nuestros niños desde su primera infancia deben estar preparados para defender sus derechos frente a otros pequeños que por alguna razón creen que deben molestar a sus compañeritos.

Pero hay algo que me comentaron y no puedo dejar de compartirlo es el caso de una madre que dice amar a su hijo, pero que realmente es un niño muy feo y se avergüenza de llevarlo en brazos por la calle, indicando que la gente hace mofa de ella. Al parecer este caso salió al aire en un programa televisivo en razón a que una amiga de la citada señora, quien también tiene un hijo, aparentemente “bonito”, le ha tocado experimentar ciertas actitudes de su conocida.

Señala la dama que estando en el parque cada una con su respectivo hijo, su compañera deja de lado a su hijo para tomar en brazos el suyo y acunarlo. Esto podría pasar hasta desapercibido pero en realidad lo que realmente la alteró fue lo ocurrido en su propia casa. Después de haber dejado a la señora en la sala con su hijo “bonito” mientras realizaba otra tarea en la habitación de al lado, la encontró dándole de amamantar a su bebé…

Entonces, la discriminación es difícil de entender, porque en general las madres vemos a nuestros hijos realmente hermosos, todas, creo que no me equivoco al decirlo, les contamos los deditos, miramos sus ojos, orejas, boca, que estén completicos, buscando más en sus rasgos alguna similitud con el padre, algún familiar y nosotras mismas, sin que nos ofenda su apariencia.

Cuando mi hijo nació, tuve el honor de compartir la Sala de partos con una nuera del fallecido General Francisco Franco, en Madrid (España), nuestros bebes nacieron con una diferencia de minutos y colocaron los dos niños uno al lado del otro, separados por un vidrio, uno grande, robusto bastante desarrollado y con un llanto fuerte, el otro pequeñito, con el cabello rojo, cubierto de pelusa, muy tranquilo y con los ojos muy abiertos. Las enfermeras corrían de un lado al otro atendiéndonos pero especialmente a ese personaje tan importante que tenían en sus manos, pero yo solo vi la perfección de la naturaleza cuando me acercaron esa diminuta criatura que sin dudarlo me miraba sin parpadear.

¿Cómo debe ser el prototipo de nuestro hijo? No basta con que sea normal, que tenga sus sentidos alerta y lo principal que sea el producto de una relación sana para abrirle los brazos y aceptarlo tal y cual sea. Además, me parece curioso que a la señora le parezca feo su hijo, sin pensar que fue ella con su compañero, esposo o quien sea, quien lo procreó y por tanto sea como sea es el reflejo de sus propios genes. Pero el amor maternal nace no se impone.

Esta dama debía pensar en lo que ocurrió en la historia del “Patito Feo”, quien fue despreciado por su poca gracia y apenas creció se convirtió en un hermoso cisne blanco.

Hay grandes personajes en la historia de la humanidad que al nacer fueron menospreciados y posteriormente nos dieron un ejemplo de vida envidiable, sólo por decir algo el cerebro de Einsten presentaba una malformación al nacer, y su físico no es el mejor del mundo, sin embargo fue el creador de la Teoría Especial de la Relatividad. Después de su muerte aún se conserva su cerebro.

Así mientras esta mujer se avergüenza de su hijo, hay muchas parejas que no han podido engendrar su propio hijo y ruegan para que los lugares de adopción los tengan en cuenta y les entreguen un pequeño para que haga parte de su hogar.

Hace poco les contaba la situación vivida por un conocido extranjero que llegó a este País a recoger la niña que, al fin, le habían dado en adopción, encontrándose con una criaturita pequeña, enferma que debía pasar un tiempo en incubadora antes de recibirla. Yo la ví y no era una belleza, era simplemente una bebé recién nacida, con mucho sufrimiento pero que viajaría a un hogar donde recibiría todo el amor que necesitaba para recuperarse. No tuvieron opción de escoger, simplemente en la ruleta de niños abandonados, esta fue su opción. Y me gustaría que esa madre de la cual hablo hubiera tenido la suerte de observar, como yo, a ese padre adoptivo quien arrullaba un manojo de pequeños huesitos como si fuera lo más hermoso de la vida y le brillaba la mirada al decirme que esa nena ¡era su hija!

jueves, 5 de marzo de 2015

Noticias



Marzo 5 del 2015

NOTICIAS

Siempre es una novedad para mí, ver la información noticiosa y las prioridades que se da a la misma. Y hoy presentan  cinco como las noticias más leídas, siendo la principal, referida al tamaño del miembro viril masculino, después siguen tres más sobre hechos delictuosos y en quinto puesto el deporte. Este es el nivel de importancia que los lectores le damos a los sucesos diarios, tal vez hartos de la política, la corrupción, la guerra, las promesas incumplidas al país, etc. etc.

Cada día me entero de sucesos de la manera más simple, veo hechos de tránsito con sólo mirar a través de la ventana, tengo las noticias a la vista, pero hace poco vi un evento que me “tocó”. Desde hace muchos años conozco un hombre que recoge mangos por la cuadra, cada día pasa con una vara que ha adaptado para cortar el fruto y luego se lo lleva en un costal. Este es su modus vivendi, digo yo. Se trata de un personaje que regularmente viste de negro, su piel bastante quemada por el sol, de vivir a la intemperie y usando unos tenis bastante maltrechos.

Hace algunos años cada vez que pasaba, Boris nuestro Husky siberiano aullaba anunciando un intruso en el árbol de mangos frente a la casa, al mismo tiempo este sujeto le contestaba el aullido formando un coro bastante molesto. Varias veces le pedí que no le siguiera el juego a nuestro lobo, pero este hombre no prestaba atención. En algún momento Boris lo ignoró y de inmediato el sujeto se detenía y hacía un gran aaauuuuuuu y alborotaba al canino. Día tras día la misma rutina.

Se llegó el momento en que nuestro querido Boris se enfermó gravemente y sin mejora por su edad, le dijimos adiós. Al día siguiente vi al colector de mangos que se detuvo frente a la casa silencioso, esperando… salí de inmediato antes de que empezara a “aullar” y le dije que el perrito ya no estaba. Su rostro se transformó y me dijo muy compungido: “¿Se murió el lobito? ¿Se murió el lobito?” y se marchó silencioso sin recoger ningún mango. Nunca más volvió a hacer ruido frente a mi casa.

Ha pasado el tiempo y siempre lo veía con su caminar despreocupado y un tanto desorganizado con una enorme vara para recoger mangos y hace apenas unas dos semanas escuchamos un “PUM”, seco, un ruido raro y unos gemidos. Corrimos a mirar qué había sucedido y vimos tendido en el piso a este personaje. Me extrañó porque él no sube a los árboles, él trae una vara con la que hace caer la fruta, pero en esta ocasión la vara estaba frente a mi casa y él se encontraba al otro lado de la calle, con una rama rota a su lado. Había sangre en su cabeza y se encontraba tendido de lado en el piso. La altura del árbol supera dos pisos, así que el golpe recibido debe ser de mucha consideración. En todo el tiempo que esperamos por la ambulancia este hombre no se movió, sólo se quejaba con un ay bajito.




Un agente, quien aparentemente estaba fuera de servicio prestó su colaboración y llamó una patrulla, posteriormente llegaron dos ambulancias dándole un servicio oportuno. No sé qué daños sufrió ni a dónde lo llevaron, presumo que al Hospital Departamental, pero de eso ya hace un par de semanas y no lo he vuelto a ver.

He estado mirando la prensa buscando tener noticias de este hecho y de pronto tener idea de su estado, y no ha salido absolutamente nada.

Sin embargo el controversial vestido azul y negro (que por cierto yo veo blanco y dorado), ha tenido revolucionado el internet y todos los medios de comunicación le han dado tal despliegue a la noticia que cualquier suceso ocurrido al mismo tiempo pierde todo interés, incluso el dedo pequeño de James Rodríguez.

Volviendo a estas personas que sobreviven recogiendo libremente los frutos de los árboles que adornan nuestras calles caleñas me recuerda que años atrás también ocurrió algo que llamó mi atención. Un hombre, de bastante edad, creo, lo digo porque su rostro mostraba los años en muchas arrugas, merodeaba este barrio haciendo de las suyas. Incluso un día mi madre lo sorprendió cuando utilizaba la vara para bajar mangos, a través de una de las ventanas de la casa y arrastraba con ella un tendido de cama que había logrado atrapar. Allí hubo un forcejeo y el hombre huyó pero no pudo extraer su tesoro. Otro día, mientras construían una casa en esta misma cuadra, se sentó a fingir que dormía frente a la obra. Su actitud sospechosa nos hizo llamar a las autoridades quienes nos interrogaron hasta el cansancio, en esa época, y poco después llegaron dos agentes frente a nuestra casa a preguntarnos lo mismo que habíamos dicho en forma telefónica. Miraron al sujeto y sin hablar siquiera se marcharon. No bien se había alejado la motorizada cuando nuestro personaje rápidamente ingresó a la obra y salió con dos mangueras colgadas en sus brazos y un bulto de algo, corrió, alejándose del lugar, gracias “a la oportuna intervención policiva”.

Pude darme cuenta que su supuesto trabajo de recolector de mangos era un simple disfraz, ya que en realidad no ejercía tal labor, sólo se escondía en los árboles y esperaba observando lo que ocurría en estas cuadras. Subir a los árboles se convirtió en una modalidad y pasar por donde se encontraba agazapado causaba desconfianza, pero esta especialidad no le duró mucho. 

Con el entusiasmo de siempre un día subió a un árbol dos calles arriba de esta casa y al tratar de sentarse se agarró de las cuerdas de alta tensión, ese tremendo BBBZZZZZZZZZZZ hizo que los vecinos saliéramos a mirar. Fui como todos los curiosos a ver y este hombre quedó con brazos y piernas abiertas, tal y como muestran los comics cualquier acto eléctrico, el cabello erizado y absolutamente chamuscado. Cuando llegaron las autoridades, lo bajaron y quedó así rígido como un enorme trozo de eternit, tuvieron que llevarlo sobre el platón de una camioneta policiva.

En ese entonces las noticias las veíamos en la prensa, el internet no había ingresado a nuestros hogares como en la actualidad y se le dio cierta importancia a la vida de estos personajes callejeros que tenían azotada la ciudad. Esta fue una prioridad en su momento.

Hoy en día todos somos reporteros gráficos, cada vez que ocurre algo, los transeúntes levantan sus celulares y en pocos segundos en las redes sociales aparecen las fotografías o videos del evento. Se adelantan a la prensa, por eso creo que la vigencia de la noticia escrita está perdiendo actualidad y para contrarrestar tan abrumadora competencia deben incluir cualquier suceso que pueda significar la compra del periódico sin importar la vigencia de dicho evento.

Hoy mi ventana no me ha mostrado ninguna noticia drástica, la calle está en calma, no hay hechos de tránsito que comentar y puedo correr la cortina esperando que al abrirla próximamente me ofrezca la misma serenidad que hoy se respira.