Noviembre 12 del 2015
Ser
o no ser gay
Gay: se
define como una persona, especialmente del sexo masculino, que siente atracción
sexual hacia otra de su mismo sexo.
Al referirse en el
mismo sentido hacia el sexo femenino la denominan simplemente: lesbiana.
La traducción de Gay es igual a
homosexual, aunque el verdadero significado es: divertido, alegre, una persona extrovertida y alegre.
Y un transexual o un transformista puede
ser gay al igual que puede ser heterosexual.
Tema tan controvertido
y espinoso había evitado tocarlo, pero cuando día a día escucho, veo y observo
las diferentes opiniones de seres de todo el mundo, no he podido evadirlo más.
Antes de comentar este
tema y que empiecen a criticarme, me gustaría que cada persona pensara por un
momento si en su familia no existió, existe y existirá algún pariente con
diferente inclinación sexual a la suya.
En la época en que viví
fuera del país tuve la suerte de conocer muchas personas gay, y digo suerte
porque siempre me ayudaron a salir adelante, fueron tiempos que disfruto
recordar y pude darme cuenta de la discriminación sin sentido que existe hacia
cualquier persona que no piensa ni se define igual que la mayoría, aunque a
medida que transcurren los años el número de personas “de ambiente” (así se refieren en España a los homosexuales y
lesbianas) va en aumento.
Leí hace poco en Facebook
un artículo de Heather Barwick de Denver, nacida de una madre lesbiana y
educada por ésta y su compañera, convirtiéndola en una abogada, felizmente
casada y con hijos, quien rechaza la adopción por parte de parejas gay o
lesbianas.
¿Qué alega la ilustre
abogada para considerar desatinado este hecho? Dice que la ausencia de su padre
dejó un gran vacío en su vida…
Me dejó sin palabras…
Su madre estuvo casada
y de ese matrimonio nació Heather, pero hubo una separación de la pareja y la
madre quien vivía en un maridaje miserable pasó a convertirse en una mujer
feliz con su pareja lesbiana, y dentro de este hogar brindaron todo lo que pudo
necesitar la pequeña, hasta convertirla en lo que es hoy.
Se desconoce el por qué
hubo ausencia de su padre en su vida. ¿Por qué nunca hizo presencia ese
progenitor?
El vacío que reclama
esta joven mujer no puede ser adjudicado al hogar en el cual creció, pues ella
misma señala que fue amada y apoyada a lo largo de su vida y a pesar de ello se
opone a que otros niños tengan este beneficio. No reprocha haber sido criada
por dos mujeres, reclama la ausencia de su padre, pero dirige su rabia contra
la adopción por parte de parejas del mismo sexo, ¿por qué? Me parece un
contrasentido. Sería interesante que visitara a un psicólogo que le ayudara a
poner en orden sus sentimientos, pues aunque cada quien es libre de pensar y
expresarse, me parece que hay cierta confusión en su yo interno. Y como mis
estudios de psicología son apenas básicos, y, además, desconozco muchos
aspectos de su vida, no me atrevo a hacer un estudio de su comportamiento.
Pienso, además, que
esta dama vive en Denver (Colorado), una hermosa ciudad, en un gran país, nació
en un hogar, tuvo sus opciones, en cambio lo que sucede en muchos otros lugares
y países no es ni remotamente parecido a lo que ella conoce.
Cuántas parejas, de
todo tipo, de ambiente, heterosexuales, solteras, casadas, separadas, hoy,
luchan por adoptar, y cuántos niños(as) están a la espera de ser adoptados. Yo
conocí un extranjero que vino desde Polonia a recoger a su bebé que le fue
entregada aquí en Cali, lo vi feliz con una niña con problemas de salud, sufrió
mucho con la espera, al llegar la pequeña estaba siendo tratada de infinidad de
bacterias y se la presentaron en una incubadora. Fue una de esas criaturas
cuyos padres la concibieron por accidente y la abandonaron en una calle de
basuras.
También he sabido de
una pareja que estando felizmente casada adoptó un niño, los que tuvimos
contacto con ellos nos alegramos muchísimo de la suerte de este pequeño, pero
ya los padres no viven juntos, la dama sale con otros caballeros y tal parece
que tendrá pronto un padrastro, un señor que según conocí no está de acuerdo en
compartir su vida con este pequeño intruso y considera debe ser entregado al
“padre” adoptante…
Con este pequeño
ejemplo creo que son más los traumas que puede tener este adoptado por pareja
heterosexual que cualquier niño(a) aceptado y amado en un hogar de ambiente. Y
qué decir de tantas madres y padres solteros(as) que educan por su cuenta y
riesgo a sus hijos(as), solo un progenitor y el resultado no puede ser mejor.
Pero aparte de esta
situación me pregunto: ¿Cuál es la diferencia entre un hombre o una mujer de
ambiente con otros heterosexuales? ¿Qué los hace diferentes?
Si un heterosexual
casado va a un prostíbulo, ¿Hay algún cambio en él? ¿Su estatus sexual lo hace
diferente?
Basta mirar los
noticieros con la información sobre violaciones y maltrato infantil por parte
de sus padres biológicos heterosexuales, sin embargo esto no es motivo de
protesta alguna.
Regularmente cuando
registran una noticia sobre homosexuales y lesbianas, los noticieros tienen
unas cintas de archivo que siempre sacan, enfatizando ambientes grotescos,
carnavales, mostrando una imagen totalmente ajena a la información, al igual
que las marchas de apoyo en donde algunos se disfrazan y realizan parodias para
llamar la atención. Y quienes no comparten su intención vulgarizan las escenas
y describen el grupo como gay en el sentido peyorativo de la palabra. Olvidando
que gay o lesbiana solo define una inclinación diferente a la de quien es
heterosexual.
Los actores también
realizan marchas y para el efecto se disfrazan y al igual que las marchas de
los anteriores exageran su maquillaje, su vestido, y realizan actos en un escenario
callejero improvisado.
Todo esto es simple y
llanamente discriminación contra cualquier movimiento o persona que sea
diferente a lo usual. Por el color de la piel, por su inclinación sexual, por
su partido político, por su amor a un determinado equipo de fútbol, por ser
mujer, en fin, todo lo que no esté de acuerdo con nuestro modo de pensar es “raro”
y hay que atacarlo.
Últimamente han surgido
muchas series de televisión, sobre todo americanas, donde exponen este tema,
tanto en adopciones como la lucha de jovencitos que intentan el suicidio ante
la guerra a que son sometidos por su familia y compañeros de colegio cuando descubren
que está enamorado(a) de alguien de su mismo sexo.
Hace un par de días
empezó una nueva temporada de “Grey’s Anatomy” y precisamente se expuso el caso
de dos jovencitas que se colocaron frente a los rieles del tren para poder
seguir juntas. Una de ellas iba a ser enviada a un campo especial para que la “curaran”
de su mal. Todo termina bien, aunque físicamente las lesiones fueron de
gravedad. Pero es una manera de llegar al público y que entiendan que no todos
somos iguales y debemos respetarnos unos a otros.
Vivir en el engaño es
duro, quienes hayan seguido a Caitlyn Jenner y su transformación, pueden darse
cuenta de su sufrimiento, pasó años, tuvo pareja, hijos, pero no se sentía
bien, guardaba las apariencias, fue un atleta, pero llegó el momento en que no
pudo más y no salió del closet como dicen, porque aparentemente no es gay, es
transformista, vivía en un cuerpo que ella rechazaba y sólo en los últimos años
tomó la gran decisión de ser ella misma.
Así que sostener un
matrimonio hombre y mujer, para que el niño(a) tenga la figura paterna es un
sofisma que a la larga causará más daño a todos pues tarde o temprano esa bomba
de tiempo tiene que estallar y al explotar acabará con todo lo que esté a su
alrededor.
Y vuelvo al tema,
porque no nos gustan las parejas del mismo sexo ¿debemos privar a los miles de
niños(as) de gozar de unos padres, de un hogar, de una educación?
No se trata de que aceptemos
lo que no nos gusta, sino de respetar los derechos de los demás. Como bien se
dice: “Nuestros derechos terminan donde empiezan los de los demás”.
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