sábado, 28 de diciembre de 2013

Cómo amaneció Cali


Diciembre 28 de 2013

 ¡Oxígeno que me muero!

¡Oxígeno es lo que quiero!

¡Cómo amaneció Cali!

Desde hace ya varios años, escuchaba desde las cinco de la mañana el programa “Cómo amaneció Cali”, fabuloso por decir lo menos, pues me informaba de lo acontecido durante la noche y me prevenía de los trancones, problemas de energía y agua en los barrios de Cali, necesidades de las gentes que gracias a ese medio había colaboración ciudadana que permitía ayudar a salir del paso a personas quienes por algún revés de la vida se veían apremiadas a pedir la caridad pública, e incluso podía pedirles ayuda cuando algo ocurría en mi zona, por ejemplo cuando fue hurtado el medidor de agua de mi casa y ellos gentilmente me colaboraron.

Todas las mañanas encendía la radio y escuchaba a Leo Quintero y a Connie Ossa quienes con entusiasmo empezaban a hacer sus comentarios en un diálogo ameno y alegre que me ayudaba a empezar el día, escuchaba al Sacerdote Francisco Alvarado quien también saludaba cariñosamente a los oyentes y luego en una corta homilía nos exhortaba espiritualmente. A las 5:45 cada mañana, escuchaba el canto de un gallo y unos pasos apresurados que anunciaban la llegada de Mauricio quien siempre tenía una excusa para su llegada tarde a la emisora, esa excusa la esperaba yo todos los días para agregar una sonrisa a ese amanecer.

Así se iniciaba el programa, después en forma amena iban introduciendo noticias y comentarios de personas que llamaban, unas colaborando otras quejándose por situaciones que vivían en sus barrios y las que muchas veces fueron transmitidas por Marta Bocanegra quien se desplazaba por toda la ciudad, igualmente Álvaro Miguel Mina, periodista a quien conocí años atrás, cuando yo laboraba en una oficina del Poder Público en esta ciudad de Cali, intervenía poniéndole algo de picante a su diálogo con Connie.

De pronto una mañana encendí la radio y en vez del consabido “Buenos días en Cómo amaneció Cali”, me soltaron un “Q’hubo”, y todo cambió, aún no me acostumbro tal es así que estoy buscando hacia dónde se fueron esos periodistas de la mesa de ”Cómo amaneció Cali” por todas las emisoras, ya más o menos tengo algunos datos, pero me ha afectado enormemente que se hayan ido.

No estoy en contra del nuevo programa, ni siquiera lo escucho, pero extraño enormemente el programa dirigido por Leo Quintero, echo de menos la anterior alegría de mis amaneceres y me gustaría que resurgiera de sus cenizas como el ave fénix.

 

martes, 10 de diciembre de 2013

Licencia de Conducir


Si está pensando en tramitar su licencia de conducción le contaré mi experiencia. Ante todo soy una persona de la tercera edad, tengo 68 años, pensionada pero soy muy activa tanto en el hogar como en el manejo de computadoras y utensilios electrónicos. Aclaro esto para que puedan comprender mi ánimo al escribir este artículo, pues no tengo ningún impedimento físico que me limite para desplazarme por mis propios medios o que con mi sola presencia usted piense que debo hacer uso de una silla de ruedas o sin ser tan drásticos que debo usar bastón o una corneta para escuchar su voz.

Ante todo, conversé con personas que habían realizado dicho trámite para ir más o menos preparada y todas las personas con quienes lo hice me dijeron que tendría que llenarme de paciencia, prepararme para hacer una cola a partir de las cuatro de la mañana con la seguridad de que me tomaría el día todo el trámite. Sin embargo llamé a uno de estos Centros de Reconocimiento de conductores y me dijeron que no podían darme cita, pero que ellos tenían un horario de 7 am a 12.30 y de 1.30 a 5 pm, eso sí, me advirtieron que tendría que disponer como mínimo de 4 horas para que me hicieran todos los exámenes y me ingresaran la información en el RUNT.

Al día siguiente, un día lluvioso, el que me pareció oportuno ya que mucha gente preferiría presentarse un día más cálido, me dirigí al citado Centro, el más cercano a mi residencia, a eso de las 7:50 am, para mi sorpresa el lugar estaba vacío, me entregaron un recibo de consignación y me dijeron que fuera al Banco de Occidente que quedaba a una cuadra de distancia y con el recibo volviera, todo resultó fácil, volví con el recibo y me entregaron un formulario el cual llené en el mismo lugar, me tomaron digitalmente mi huella y me realizaron una fotografía. El personal muy amable, me dijo que esperara en un corredor con los documentos en la mano que cada profesional médico me llamaría para examinarme.

15 minutos más tarde me llamó el médico oftalmólogo, quien en forma tranquila revisó mi visión, me interrogó sobre mis antecedentes visuales y confirmó lo que ya sabía, que debía conducir usando anteojos, ya lo vengo haciendo desde hace más de 3 años.

15 minutos después me llamó la siguiente profesional en Fonoaudiología, me hizo ingresar en un pequeño cubículo en donde me colocó unos audífonos y me dijo que presionara los botones de izquierda y derecha que tenía al frente dependiendo del lado que escuchara un silbido en los audífonos. Hay que aclarar que mientras me realizaban este examen estaban en obras en el establecimiento y se escuchaban unos martillazos que retumbaban en mis oídos a pesar del cubículo y los audífonos. El examen empezó y el silbido se mezclaba con los golpes, sin embargo así se realizó. Al salir me dijo que por mi falta de audición en el oído derecho debería presentarme para valoración por especialista para determinar uso de audífonos para conducir.

Esta es la primera parte, o sea que quedó suspendida mi licencia hasta que yo presentara el dichoso examen.

Pasé de allí con los psicólogos, entramos dos personas, nos colocaron frente a dos computadores los cuales presentaban un pequeño teclado con dos botones, izquierda y derecha, abajo dos pedales  casi unidos, había que presionar los botones de acuerdo a las figuras que aparecían en la pantalla, en su orden: triangulo verde: botón derecho; circulo amarillo: pedal derecho; cuadrado azul: pedal izquierdo; y un pito: botón izquierdo, estos aparecen a cierta velocidad sin dar tiempo a pensar. Le dan un segundo de práctica y de una a empezar. Finalizado pasé donde tenían el computador y obviamente me dijo que había fallado en algunos al principio pero que había acertado la mayoría. Pero que me daría apta para conducir vehículo automóvil. Fue gracioso, ya que precisamente estaba solicitando recategorizar mi licencia de conducción para vehículo automóvil. Y la magnificencia de los computadores permitió calificar una serie de condiciones de mi carácter, entre ellas narcisismo, así como mi sueño en la noche, mi reacción ante cualquier situación etc. Increíble pero ese sencillo examen expuso todas mis debilidades y flaquezas en puntaje… ¿cómo? ¿Cuándo? La incógnita permanecerá por el resto de mi vida.

Y el último examen general por un médico que me tomó la tensión, escuchó mis pulmones, mis reflejos y me interrogó sobre mis enfermedades anteriores, presentes y futuras, terminé mi recorrido en este Centro.

Retenidos mis documentos salí a la búsqueda de un especialista en oídos, ya que tratar de solicitarlo a través de mi EPS podría tardar mucho y mi licencia vence el último día de diciembre del año en curso, así que lo más cercano es el Instituto de Ciegos y Sordos, empecé por solicitar los servicios de un Audiólogo, teniendo en cuenta la urgencia me colaboraron dándome una cita extra, así que debía esperar a que en un horario extendido fuera llamada, después de tres horas me atendió una doctora quien me realizó un examen exhaustivo de mis oídos, pero no podía darme un resultado sin remitirme al Otorrinolaringólogo para valoración del examen, la cita no podía ser el mismo día así que quedó para el día siguiente.

Nuevamente en el Instituto y a cumplir la cita de las 10:40 am, fui atendida a las 12:15 y el resultado del examen fue exactamente: hipoacusia neurosensorial bilateral, según me explicó el médico esto es muy común en las personas mayores, y yo lo soy, pero la reducción de audición es mínima en mi caso y por tanto no está indicado el uso de audífonos, recomendación evitar lugares ruidosos y si llegase a notar alguna alteración especial ir a control audiológico y con otorrinolaringólogo.

Ya con este resultado me presenté nuevamente al Centro notando que la Fonoaudióloga se sintió molesta con ello, miró el documento al derecho y al revés, lo leyó varias veces, hasta que al fin con una mirada de triunfo escribió que era apta para conducir siempre y cuando hiciera un control anual de mis oídos. Pensé que no me darían la licencia sin embargo pasé al último paso, una médica muy amable revisó mis documentos y digitalizó la información en el RUNT, manifestándome que ya podía seguir a Tránsito para que me expidieran mi Licencia de Conducción y ya la tengo.

Es decir, dos largos días, gastos extras y mucho stress.

Mi pregunta es: ¿Para qué tienen especialistas en los Centros de Reconocimiento de Conductores, si no están capacitados para dilucidar un problema de oídos?, ¿por qué hay que dirigirse a un especialista por fuera de dicho Centro? Supuestamente el dinero que se paga es para que estos especialistas validen la salud del conductor. Hubo un comentario en el mismo Centro diciendo que “la doctora quería curarse en salud", ¿cómo así? ¿Tan insegura está de su criterio que no puede resolver algo tan sencillo, como es una hipoacusia mínima?

Naturalmente que en mi caso puedo concluir que dicha doctora no estaba capacitada debidamente, ya que los especialistas que me vieron no comprendían el por qué me ponían en tantas vueltas para una valoración tan mínima, vueltas innecesarias, gastos extras, desplazamientos, exigencias en realidad absurdas.