Si está pensando en tramitar su
licencia de conducción le contaré mi experiencia. Ante todo soy una persona de
la tercera edad, tengo 68 años, pensionada pero soy muy activa tanto en el
hogar como en el manejo de computadoras y utensilios electrónicos. Aclaro esto
para que puedan comprender mi ánimo al escribir este artículo, pues no tengo
ningún impedimento físico que me limite para desplazarme por mis propios medios o que con mi sola presencia
usted piense que debo hacer uso de una silla de ruedas o sin ser tan drásticos
que debo usar bastón o una corneta para escuchar su voz.
Ante todo, conversé con personas
que habían realizado dicho trámite para ir más o menos preparada y todas las
personas con quienes lo hice me dijeron que tendría que llenarme de paciencia,
prepararme para hacer una cola a partir de las cuatro de la mañana con la
seguridad de que me tomaría el día todo el trámite. Sin embargo llamé a uno de
estos Centros de Reconocimiento de conductores y me dijeron que no podían darme
cita, pero que ellos tenían un horario de 7 am a 12.30 y de 1.30 a 5 pm, eso sí,
me advirtieron que tendría que disponer como mínimo de 4 horas para que me
hicieran todos los exámenes y me ingresaran la información en el RUNT.
Al día siguiente, un día
lluvioso, el que me pareció oportuno ya que mucha gente preferiría presentarse
un día más cálido, me dirigí al citado Centro, el más cercano a mi residencia,
a eso de las 7:50 am, para mi sorpresa el lugar estaba vacío, me entregaron un
recibo de consignación y me dijeron que fuera al Banco de Occidente que quedaba
a una cuadra de distancia y con el recibo volviera, todo resultó fácil, volví
con el recibo y me entregaron un formulario el cual llené en el mismo lugar, me
tomaron digitalmente mi huella y me realizaron una fotografía. El personal muy
amable, me dijo que esperara en un corredor con los documentos en la mano que
cada profesional médico me llamaría para examinarme.
15 minutos más tarde me llamó el
médico oftalmólogo, quien en forma tranquila revisó mi visión, me interrogó
sobre mis antecedentes visuales y confirmó lo que ya sabía, que debía conducir
usando anteojos, ya lo vengo haciendo desde hace más de 3 años.
15 minutos después me llamó la
siguiente profesional en Fonoaudiología, me hizo ingresar en un pequeño
cubículo en donde me colocó unos audífonos y me dijo que presionara los botones
de izquierda y derecha que tenía al frente dependiendo del lado que escuchara
un silbido en los audífonos. Hay que aclarar que mientras me realizaban este
examen estaban en obras en el establecimiento y se escuchaban unos martillazos
que retumbaban en mis oídos a pesar del cubículo y los audífonos. El examen
empezó y el silbido se mezclaba con los golpes, sin embargo así se realizó. Al
salir me dijo que por mi falta de audición en el oído derecho debería presentarme
para valoración por especialista para determinar uso de audífonos para
conducir.
Esta es la primera parte, o sea
que quedó suspendida mi licencia hasta que yo presentara el dichoso examen.
Pasé de allí con los psicólogos,
entramos dos personas, nos colocaron frente a dos computadores los cuales
presentaban un pequeño teclado con dos botones, izquierda y derecha, abajo dos
pedales casi unidos, había que presionar
los botones de acuerdo a las figuras que aparecían en la pantalla, en su orden:
triangulo verde: botón derecho; circulo amarillo: pedal derecho; cuadrado azul:
pedal izquierdo; y un pito: botón izquierdo, estos aparecen a cierta velocidad
sin dar tiempo a pensar. Le dan un segundo de práctica y de una a empezar.
Finalizado pasé donde tenían el computador y obviamente me dijo que había
fallado en algunos al principio pero que había acertado la mayoría. Pero que me
daría apta para conducir vehículo automóvil. Fue gracioso, ya que precisamente
estaba solicitando recategorizar mi licencia de conducción para vehículo
automóvil. Y la magnificencia de los computadores permitió calificar una serie
de condiciones de mi carácter, entre ellas narcisismo, así como mi sueño en la
noche, mi reacción ante cualquier situación etc. Increíble pero ese sencillo
examen expuso todas mis debilidades y flaquezas en puntaje… ¿cómo? ¿Cuándo? La
incógnita permanecerá por el resto de mi vida.
Y el último examen general por un
médico que me tomó la tensión, escuchó mis pulmones, mis reflejos y me
interrogó sobre mis enfermedades anteriores, presentes y futuras, terminé mi
recorrido en este Centro.
Retenidos mis documentos salí a
la búsqueda de un especialista en oídos, ya que tratar de solicitarlo a través
de mi EPS podría tardar mucho y mi licencia vence el último día de diciembre
del año en curso, así que lo más cercano es el Instituto de Ciegos y Sordos,
empecé por solicitar los servicios de un Audiólogo, teniendo en cuenta la
urgencia me colaboraron dándome una cita extra, así que debía esperar a que en
un horario extendido fuera llamada, después de tres horas me atendió una
doctora quien me realizó un examen exhaustivo de mis oídos, pero no podía darme
un resultado sin remitirme al Otorrinolaringólogo para valoración del examen,
la cita no podía ser el mismo día así que quedó para el día siguiente.
Nuevamente en el Instituto y a
cumplir la cita de las 10:40 am, fui atendida a las 12:15 y el resultado del
examen fue exactamente: hipoacusia neurosensorial bilateral, según me explicó
el médico esto es muy común en las personas mayores, y yo lo soy, pero la
reducción de audición es mínima en mi caso y por tanto no está indicado el uso
de audífonos, recomendación evitar lugares ruidosos y si llegase a notar alguna
alteración especial ir a control audiológico y con otorrinolaringólogo.
Ya con este resultado me presenté
nuevamente al Centro notando que la Fonoaudióloga se sintió molesta con ello,
miró el documento al derecho y al revés, lo leyó varias veces, hasta que al fin
con una mirada de triunfo escribió que era apta para conducir siempre y cuando hiciera un
control anual de mis oídos. Pensé que no me darían la licencia sin embargo pasé
al último paso, una médica muy amable revisó mis documentos y digitalizó la
información en el RUNT, manifestándome que ya podía seguir a Tránsito para que
me expidieran mi Licencia de Conducción y ya la tengo.
Es decir, dos largos días, gastos
extras y mucho stress.
Mi pregunta es: ¿Para qué tienen
especialistas en los Centros de Reconocimiento de Conductores, si no están
capacitados para dilucidar un problema de oídos?, ¿por qué hay que dirigirse a
un especialista por fuera de dicho Centro? Supuestamente el dinero que se paga
es para que estos especialistas validen la salud del conductor. Hubo un
comentario en el mismo Centro diciendo que “la doctora quería curarse en
salud", ¿cómo así? ¿Tan insegura está de su criterio que no puede resolver
algo tan sencillo, como es una hipoacusia mínima?
Naturalmente que en mi caso puedo
concluir que dicha doctora no estaba capacitada debidamente, ya que los
especialistas que me vieron no comprendían el por qué me ponían en tantas
vueltas para una valoración tan mínima, vueltas innecesarias, gastos extras,
desplazamientos, exigencias en realidad absurdas.